Alimentación del cachorro

 

 

Uno de los principales problemas de la crianza es la alimentación del cachorro. Más de la mitad de los casos que concurren a las veterinarias se originan en una alimentación inadecuada.

Esto ocurre no tanto porque el dueño del animal no ofrezca al cachorro suficiente cantidad de alimento sino que se falla en la calidad del mismo. Esto sucede muchas veces por cuestiones económicas (Los alimentos mejores son en general más caros), pero en otros casos por falta de información, mala información o ignorancia. También suele suceder que el que regaló o vendió el cachorro indique al nuevo dueño como alimentarlo y esas pautas sean equivocadas, incompletas o mal entendidas.

Aquí, el primer consejo para quien adquiere un cachorro pequeño: llévelo al veterinario. El profesional le indicará una alimentación correcta, tratamiento antiparasitario (Imprescindible para una eficiente nutrición), medidas de higiene y planes de vacunación.

El segundo consejo: no suministre medicamentos ni suplementos sin asesoramiento veterinario. Es frecuente que, creyendo hacer lo correcto, se den al cachorro vitaminas, minerales, productos especiales para el pelo y la piel, fortificantes del esqueleto, coadyuvantes del desarrollo, etc. Con estas prácticas lo más probable es producir más perjuicios que beneficios. Muchas veces los excesos son tan dañinos como los defectos, sobre todo en el caso de algunas vitaminas o minerales.

El tercer consejo y tal vez el más importante. Hoy hay en el mercado, a precios razonables, excelentes alimentos balanceados que facilitan muchísimo la alimentación canina.

 

Las precauciones con el uso de balanceados pueden resumirse así:

- Descartar alimentos vencidos (muy viejos), húmedos o rancios.

- Mantener las bolsas bien cerradas en lugar fresco.

- Seguir al pié de la letra las instrucciones del fabricante, en cuanto a cantidad y forma de administración.

- No agregarle nada (ni carne, ni leche, ni huevos, ni vitaminas o minerales que alterarían el "balance" imprescindible de nutrientes).

- No hacer cambios alimentarios bruscos, ni aún entre distintos balanceados, pues se producirán problemas entéricos, con frecuentes diarreas.

- Mantener a los perros bien desparasitados, pues es necesario un intestino sano para que se produzca una eficiente absorción de los nutrientes (esta precaución es válida para cualquier método de alimentación).